El PSOE entra en una fase de reinvención, de renovación profunda, y de búsqueda de un modelo de partido que le vuelva a convertir en esa herramienta de cambio social y de garantía de libertades públicas que ha sido durante 130 años de historia. La historia de España, de sus avances y de sus cambios a lo largo de casi siglo y medio no puede entenderse sin la aportación y compromiso de los hombres y mujeres del PSOE, y los que hemos recogido el testigo queremos que así siga siendo para las próximas generaciones. Por eso, ante una sociedad en pleno cambio, en una época en la que vivimos una ofensiva conservadora brutal que ha triturado en apenas año y medio mucha de las conquistas sociales que se han tardado décadas en fraguar, los ciudadanos exigen al PSOE que se reinvente, que en ciertos aspectos vuelva a beber de sus principios fundacionales, y en otros lidere un nuevo avance social y político en este país. Y así parece que lo vamos a hacer. El partido ha tocado a rebato, ha pedido a sus militantes y a la sociedad en general que se apunte a esta dfiícil pero apasionante tarea de diseñar y firmar un nuevo pacto social entre los ciudadanos y nuestra organización para detener el desguace de libertades y derechos que se está produciendo y salir reforzados de esta crisis que es más ideológica que económica aunque pudiera parecer lo contrario. Asi lo haremos hasta el mes de octubre de 2013 y es por tanto hora de remangarse idelógicamente y de aportar ideas y proyectos.
Hoy quiero exponer una de tantas. De las muchas que quizá puedan reconsiderar la opinión de nuestros votantes y de nuestros ciudadanos sobre nuestra organización, sobre la confianza en los partidos políticos y sobre nuestra jóven democracia.
La democracia que inventamos en los años 70 se ha quedado antigua. Algo que no debe verse como negativo, sino consecuencia de que ha servido a sus fines. La de producir un cambio político y social en España haciéndola vivir su periódo más largo sin conflictos y en democracia de su historia. Perto también ha servido para que los ciudadanos hayan aprendido a vivir en un régimen de libertad, nos hemos hecho adultos desde el punto de vista democrático y ya no nos resultan suficiente las instituciones y mecanismos democráticos que nos dimos cuando nacimos a la libertad.
LISTAS ABIERTAS INTERNAS.
Mucho se ha dicho y escrito sobre un sistema de elección de nuestros representantes que permita a los electores seleccionar o elegir de forma directa de entre los candidatos de un mismo partido politico en una candidatura electoral sin tener que hacer suya la propuesta de orden o de preferencia prediseñada por el propio partido, o sin tener que elegir sólo entre organizaciones políticas. Dar en definitiva a los electores la posibilidad de que puedan de manera libre expresar su voluntar y formar su propia lista electoral en el momento de votar. Es lo que popularmente conocemos como " listas abiertas ".
Es curioso que casi todos los partidos, incluido el PSOE, si se le pregunta a su dirigencia si están de acuerdo con avanzar en esta dirección muestren todos casi unámimente su conformidad. Pero, en este rediseño del PSOE quizá habría que plantearse un paso previo, un estadio anterior de participación. Y este punto previo no es otro que la apertura decidida a una mayor participación de sus propios miltantes. Más alla de que poco o nada hemos hecho para avanzar hacia la regulación de las listas abiertas para la elección en comicios a las distitnas instituciones, lo que si es cierto es que lo que pensamos que puede ser bueno para los ciudadanos y para el fortalecimiento de nuestra democracia, debe ser bueno, por coherencia, para los militantes del PSOE y para el partido. Por eso, creo que debe el PSOE avanzar hacia un sistema de listas abiertas interno. Un sistema en el que el militante a la hora de votar las propuestas de listas electorales ( en el PSOE se vota ), o las propuestas a órganos de dirección del partido, pueda seleccionar al compañero o compañera que desee, sin tener que votar una lista cerrada o una " plancha " bloqueada en la que no tenga otra opción que votar si o no a la candidatura en su conjunto. Avanzar hacia un sistema de " listas abiertas internas ". En este sentido algo hemos avanzado con las primarias, pero es insuficiente.
Los mismos males que se achacan a las listas cerradas y bloquedas en la elección que realizan los ciudadanos a las instituciones cabe hacerlas en el ámbito interno del partido. En primer lugar, es una limitación democrática en sus propios términos, impidiendo que el elector, el militante en este caso, pueda expresar de una manera más sólida su volunta de elegir. En segundo lugar, consigue que se cuelen en las candidaturas elegibles que de presentarse en lista abierta, muy posiblemente no conseguirían el apoyo necesario por parte de los electores-militantes, y que se arropan al calor de una candidatura conjunta y cerrada. Esto tiene un efecto perverso y dealentador para el militante, que debe elegir tragando uno o varios sapos si desea o quiere dar su respaldo a una candidatura pero en la que se incluyen compañeros o compañeras a los que no considera los más idóneos. Muchas veces se termina optando por la candidatura menos mala y no por la mejor. Similar a lo que sucede en el ámbito de las elecciones a instituciones democráticas. Ello hace que la vida interna del partido se bloque, que la organización no sea atractiva a nuevas incorporaciones, con la consiguiente pérdida de ideas, o de posible talento que se queda a las puertas de las agrupaciones o que sale huyendo al ver la lucha de fuerzas interna alejada en muchas veces de una lucha de ideas o de programas. Se crea una especie de endemismo de partido y que se configuren " las familias " internas que se apoyan y arropan para poder obtener un respaldo en las votaciones en asambleas o comités. Asambleas o comités que luego eligen a las dirigencias internas y las candidaturas que presentamos a los ciudadanos. Es un caldo de cultivo optimo para que militantes que desan incorporarse a tareas de resposabilidad interna o externa, vean ineludiblemente la necesidad de incorporarse a una u otra corriente dentro de su propia agrupación o federación. Es dealentador y empobrece al partido como proyecto. Hace además que no siempre los mejores, los que pueden conectar mejor con las preferencias ciudadanas, los que más tienen que aportar, puedan pasar la criba previa del ámbito interno.
Las listas abiertas internas darían el control del partido de una manera más eficaz a sus miltantes y romperian las cadenas internas de aquellos que o bien tienen que votar una candidatura cerrada o de los que se ven obligados a incorporar en su propia candidatura compañeros o compañeras únicamente por el peso en votos que puedan tener en las respectivas asambleas o comités. Conseguirían animar a muchos compañeros y compañeras a dar el paso hacia ocupar puestos de responsabilidad internos y externos, se abrirían las puertas y ventanas del partido a la sociedad y a ciudadanos que desean participar en política pero que no desean pasar por el calvario de la lucha interna para ello. Lo dicho. Lo que es bueno para los ciudadanos por coherencia es bueno para los militantes, para el partido y para la sociedad en su conjunto. Para introducir elementos que hagan recuperar la confianza de los ciudadanos en la política y especialmente en nuestro partido. Abramos listas, abramos puertas.