Las redes sociales y los smartphones lo han cambiado
todo. La posibilidad de conectar e interactuar en tiempo real con miles de
personas, transferir información, datos, opiniones, experiencias directamente sin
que haya intermediario alguno, es posiblemente la revolución más importante que
se ha producido en siglos. Es un salto brutal. Esto ha traído como consecuencia
dos cosas. La primera la eliminación de
los intermediarios. Las personas se relacionan directamente con la fuente
de aquello que demandan o de aquello por lo que se interesan. Por eso, todas
aquellas actividades, profesiones o industrias de la intermediación o han
desaparecido o se han tenido que adaptar. Desaparecen las discográficas o se adaptan porque compramos directamente al artista
su obra. Desaparecen las tradicionales agencias
de viaje porque adquirimos directamente nuestro billete o reservamos un
hotel desde nuestro teléfono. No necesitamos un medio de comunicación que intermedie entre la noticia y nosotros,
nos informamos directamente en las redes de lo que está pasando en tiempo real.
La segunda es la formación de una
sociedad red, horizontal y en todas direcciones que fluye a una velocidad
vertiginosa y que pone en contacto a los ciudadanos, a los colectivos de manera
directa, en tiempo real y sin injerencias de ningún tipo. En consecuencia, la
política y los partidos políticos, como las discográficas, como las agencias de
viaje o como los medios de comunicación deben saber adaptarse a una sociedad
sin intermediarios y en red.
El cambio ha sido tan rápido y tan profundo que a
los viejos y obsoletos partidos políticos y a las viejas y obsoletas
instituciones democráticas no les ha dado tiempo de adaptarse. Viven ahora en
un proceso en el que tratan de entender lo que pasa con una lentitud que les
sume en un alto riesgo de llegar tan tarde que ya la sociedad red haya
conseguido nuevas formas de canalizar y de organizar la vida social, cultural y
política. Es un salto evolutivo. O se adaptan al nuevo medio o simplemente
desaparecerán. Y el tiempo va en su contra. La política ha dejado de ser
unidireccional. El viejo modelo por el que la comunicación política fluía en
una sola dirección. Es decir, desde un político como sujeto activo de la comunicación
hacia un ciudadano como sujeto pasivo de la misma. Ese modelo es ya una pieza
de museo. Hoy la política es como mínimo bidireccional, entre los políticos y
los ciudadanos. Ahora los representantes y los representados se pueden
relacionar directamente en tiempo real y diariamente. Esto hasta hace muy poco
era imposible. El hecho de poder testar la opinión directa de miles de
ciudadanos sobre un determinado tema y poder compartir con ellos el debate hace
que los parlamentos parezcan lo que son. Un fósil democrático. Y a los partidos
políticos les sucede algo similar.
Este riesgo de desconexión con la sociedad por
inadaptación a una nueva realidad afecta a todas estas organizaciones con estructuras verticales y fundamentadas en una
relación casi unidireccional entre sus miembros. Especialmente a los partidos
políticos y a los sindicatos. Y también a las instituciones democráticas. La
sociedad es digital, fluye a velocidad de varios megas, mientras que partidos e
instituciones siguen en la era analógica sin fibra óptica ni alta velocidad.
Pero son especialmente las
organizaciones de izquierda las que más sufren en este nuevo hábitat, las
que necesitan adaptarse con más urgencia y rapidez porque un partido de izquierdas,
progresista, debe ser siempre más fresco, más moderno, estar siempre
enriqueciéndose y nutriéndose de todos los cambios que en la sociedad se van
produciendo, y es por eso que el PSOE debe dar este salto rápido y de manera eficaz. Y en mi opinión mucho de la
situación de desconexión del partido socialista en estos momentos tiene que ver
con su modelo de organización, del modo de relacionarse internamente sus
militantes y sus afiliados con sus cuadros y dirigentes. De la lentitud de sus
estructuras que le hacen poco ágil a la hora de adaptarse a los cambios que
permanentemente se producen en la sociedad y de la energía de ideas que están
surgiendo continuamente en un mundo en constante transformación.
Un ejemplo de obsolescencia.
Los debates de los órganos de gestión del partido, ( comités federales, congresos etc ) se realizan a
puerta cerrada. Se expulsa en esos momentos de las salas a los medios de
comunicación. Esta es una medida de la era analógica en la que no había otro
modo de enterarse de las cosas que a través de los medios de comunicación, en
la que no existían móviles, ni internet ni redes sociales. Así lo seguimos
haciendo sólo que ahora, mientras expulsamos a los medios de estos debates, los
propios miembros de esos órganos suben a la red fotos, tuitean con un hastag
que acaban de inventar o comentan en Facebook el curso del debate. ¿ No es hora de enterrar esta vieja y
anacrónica liturgia de los debates a puerta cerrada en la era de las redes
sociales ?. Es sólo un ejemplo.
Como este hay un buen número de prácticas de esa
liturgia de la organización a la que hay miedo a refrescar, a ponerla al día y
adaptarla a los tiempos y a la sociedad que se supone se quiere dirigir,
liderar y transformar. Si no se entiende la sociedad en la que se está
difícilmente se puede aspirar a cambiarla.
Pero la transformación más importante es sobre todo
la de convertir a la organización
monolítica y jerárquica del PSOE en una organización en red, horizontal, sin perder la estructura que la
haga sólida y operativa. Este es el gran reto. Los movimientos sociales así
funcionan. Cuando aun existen dirigentes que intentan explicarse el 15M con los
viejos esquemas es cuando te das cuenta de lo obsoletos que están.
Gestionar no ya la militancia sino toda la energía
creativa que hay cerca de las ideas políticas del PSOE es el camino. ¿ como es posible que las secretarías de
comunicación sean algo prácticamente testimonial en la mayoría de las
ejecutivas o que no exista ya un secretaria de redes sociales ?. ¿ Es posible adaptarse a esta nueva realidad
con una estructura que apenas genera debate en su interior entre sus propios miembros cuando
estos debaten diariamente sobre todos los asuntos posicionándose
ideológicamente a través de sus perfiles en las redes fuera del partido ?. En mi opinión no
lo es. El cambio y la adaptación empieza ahí, en inventar nuevas estructuras y adaptar y transformar las viejas, abriéndolas, ampliándolas y se nutriéndolas de las enormes posibilidades que hoy una sociedad
en red nos brinda.
Lo comparto plenamente y como experto en redes sociales vengo denunciando desde hace tiempo las estructuras obsoletas de los partidos. O se adaptan o se alejarán de la ciudadanía,
ResponderEliminarNo se puede funcionar sin las redes sociales y hacer uso de ellas para participar más activamente de abajo arriba . Tomás Guajardo