lunes, 3 de junio de 2013

UN PARTIDO RED.




Las redes sociales y los smartphones lo han cambiado todo. La posibilidad de conectar e interactuar en tiempo real con miles de personas, transferir información, datos, opiniones, experiencias directamente sin que haya intermediario alguno, es posiblemente la revolución más importante que se ha producido en siglos. Es un salto brutal. Esto ha traído como consecuencia dos cosas. La primera la eliminación de los intermediarios. Las personas se relacionan directamente con la fuente de aquello que demandan o de aquello por lo que se interesan. Por eso, todas aquellas actividades, profesiones o industrias de la intermediación o han desaparecido o se han tenido que adaptar. Desaparecen las discográficas o se adaptan porque compramos directamente al artista su obra. Desaparecen las tradicionales agencias de viaje porque adquirimos directamente nuestro billete o reservamos un hotel desde nuestro teléfono. No necesitamos un medio de comunicación que intermedie entre la noticia y nosotros, nos informamos directamente en las redes de lo que está pasando en tiempo real. La segunda es la formación de una sociedad red, horizontal y en todas direcciones que fluye a una velocidad vertiginosa y que pone en contacto a los ciudadanos, a los colectivos de manera directa, en tiempo real y sin injerencias de ningún tipo. En consecuencia, la política y los partidos políticos, como las discográficas, como las agencias de viaje o como los medios de comunicación deben saber adaptarse a una sociedad sin intermediarios y en red.



El cambio ha sido tan rápido y tan profundo que a los viejos y obsoletos partidos políticos y a las viejas y obsoletas instituciones democráticas no les ha dado tiempo de adaptarse. Viven ahora en un proceso en el que tratan de entender lo que pasa con una lentitud que les sume en un alto riesgo de llegar tan tarde que ya la sociedad red haya conseguido nuevas formas de canalizar y de organizar la vida social, cultural y política. Es un salto evolutivo. O se adaptan al nuevo medio o simplemente desaparecerán. Y el tiempo va en su contra. La política ha dejado de ser unidireccional. El viejo modelo por el que la comunicación política fluía en una sola dirección. Es decir, desde un político como sujeto activo de la comunicación hacia un ciudadano como sujeto pasivo de la misma. Ese modelo es ya una pieza de museo. Hoy la política es como mínimo bidireccional, entre los políticos y los ciudadanos. Ahora los representantes y los representados se pueden relacionar directamente en tiempo real y diariamente. Esto hasta hace muy poco era imposible. El hecho de poder testar la opinión directa de miles de ciudadanos sobre un determinado tema y poder compartir con ellos el debate hace que los parlamentos parezcan lo que son. Un fósil democrático. Y a los partidos políticos les sucede algo similar.



Este riesgo de desconexión con la sociedad por inadaptación a una nueva realidad afecta a todas estas organizaciones con estructuras verticales y fundamentadas en una relación casi unidireccional entre sus miembros. Especialmente a los partidos políticos y a los sindicatos. Y también a las instituciones democráticas. La sociedad es digital, fluye a velocidad de varios megas, mientras que partidos e instituciones siguen en la era analógica sin fibra óptica ni alta velocidad. Pero son especialmente las organizaciones de izquierda las que más sufren en este nuevo hábitat, las que necesitan adaptarse con más urgencia y rapidez porque un partido de izquierdas, progresista, debe ser siempre más fresco, más moderno, estar siempre enriqueciéndose y nutriéndose de todos los cambios que en la sociedad se van produciendo, y es por eso que el PSOE debe dar este salto rápido y de  manera eficaz. Y en mi opinión mucho de la situación de desconexión del partido socialista en estos momentos tiene que ver con su modelo de organización, del modo de relacionarse internamente sus militantes y sus afiliados con sus cuadros y dirigentes. De la lentitud de sus estructuras que le hacen poco ágil a la hora de adaptarse a los cambios que permanentemente se producen en la sociedad y de la energía de ideas que están surgiendo continuamente en un mundo en constante transformación.

Un ejemplo de obsolescencia. Los debates de los órganos de gestión del partido, ( comités federales, congresos etc ) se realizan a puerta cerrada. Se expulsa en esos momentos de las salas a los medios de comunicación. Esta es una medida de la era analógica en la que no había otro modo de enterarse de las cosas que a través de los medios de comunicación, en la que no existían móviles, ni internet ni redes sociales. Así lo seguimos haciendo sólo que ahora, mientras expulsamos a los medios de estos debates, los propios miembros de esos órganos suben a la red fotos, tuitean con un hastag que acaban de inventar o comentan en Facebook el curso del debate. ¿ No es hora de enterrar esta vieja y anacrónica liturgia de los debates a puerta cerrada en la era de las redes sociales ?. Es sólo un ejemplo.

Como este hay un buen número de prácticas de esa liturgia de la organización a la que hay miedo a refrescar, a ponerla al día y adaptarla a los tiempos y a la sociedad que se supone se quiere dirigir, liderar y transformar. Si no se entiende la sociedad en la que se está difícilmente se puede aspirar a cambiarla. 

Pero la transformación más importante es sobre todo la de convertir a la organización monolítica y jerárquica del PSOE en una organización en red, horizontal, sin perder la estructura que la haga sólida y operativa. Este es el gran reto. Los movimientos sociales así funcionan. Cuando aun existen dirigentes que intentan explicarse el 15M con los viejos esquemas es cuando te das cuenta de lo obsoletos que están. 



Gestionar no ya la militancia sino toda la energía creativa que hay cerca de las ideas políticas del PSOE es el camino. ¿ como es posible que las secretarías de comunicación sean algo prácticamente testimonial en la mayoría de las ejecutivas o que no exista ya un secretaria de redes sociales ?.  ¿ Es posible adaptarse a esta nueva realidad con una estructura que apenas genera debate en su interior entre sus propios miembros cuando estos debaten diariamente sobre todos los asuntos posicionándose ideológicamente a través de sus perfiles en las redes fuera del partido ?. En mi opinión no lo es. El cambio y la adaptación empieza ahí, en inventar nuevas estructuras y adaptar y transformar las viejas, abriéndolas, ampliándolas y se nutriéndolas de las enormes posibilidades que hoy una sociedad en red nos brinda.

1 comentario:

  1. Lo comparto plenamente y como experto en redes sociales vengo denunciando desde hace tiempo las estructuras obsoletas de los partidos. O se adaptan o se alejarán de la ciudadanía,
    No se puede funcionar sin las redes sociales y hacer uso de ellas para participar más activamente de abajo arriba . Tomás Guajardo

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