Muchos de los estudios sociológicos y encuestas de intención política que vamos conociendo en este entretiempo electoral que vivimos hasta que los partidos y formaciones políticas definan candidatos y candidatas, así como sus programas para las elecciones municipales de mayo próximo, arrojan un dato constante. La subida en apoyos ciudadanos de opciones nuevas. Muchos en el PSOE ven con inquietud como en muchos de sus territorios, incluido Canarias, opciones que se autositúan más a la izquierda en esa imaginaria cartografía política en la que los partidos se colocan, salen bien paradas en los sondeos y se nutren fundamentalmente de electores que antes provenían en gran parte de las filas socialistas. Aunque curiosamente los sondeos indican que estas opciones pescan en el río revuelto de todas las opciones políticas de todo el espectro ideológico.
En mi opinión, los socialistas no debemos caer en el error ni de menospreciar los sondeos y lo que van indicando, pero tampoco en la equivocación de dar golpes de volante según el gps de las encuestas nos indiquen. Los socialistas debemos concentrarnos en hacer nuestro trabajo, que no es otro que recuperar para esta sociedad un proyecto que siempre ha sido mayoritario y sin el que no se entienden las grandes conquistas sociales y de libertades de este país. Justo las que ahora el gobierno de la derecha tritura y desguaza con la constancia y determinación de quien quiere deforestar un bosque. Y eso sólo se logra con dos recetas. Trabajo y cercanía. Nada será fácil ni gratis. Y está bien que así sea. Los socialistas hemos emprendido un camino de regeneración interna y externa que es el camino que desde hace mucho tiempo nos estaban señalando los ciudadanos. Los socialistas debemos ser nosotros mismos, modernizar nuestras estructuras, ser más permeables a la energía de cambio que se está produciendo en la sociedad, ser más flexibles en nuestra vida interna, abrir nuestras puertas no para que entre la ciudadanía sino para salir nosotros a donde ellos están y donde muchos esperan hace tiempo que vayamos. No es algo nuevo, es lo que hemos hecho durante 130 años de historia por la que hemos transcurrido cediéndonos el testigo unas generaciones a otras. Más de un siglo en el que hemos pasado por monarquías, repúblicas, clandestinidad y democracia, y en la que siempre han confiando los ciudadanos como la opción progresista capaz de transformar de verdad la sociedad para hacerla más justa y más democrática. Son tiempos en los que parece que la política ha dejado de ser patrimonio exclusivo de los partidos políticos, algo que no debemos ver con recelo, sino como una bendición democrática. Son tiempos para sentirnos orgullosos de nuestro pasado pero sin olvidar que lo que se nos pide es que hablemos del futuro. No debemos dejarnos coleta, sino soltarnos la melena. Arriesgar en las propuestas, ser valientes y liderar la agenda de la regeneración social, política y cultural de este país.
lunes, 8 de septiembre de 2014
viernes, 5 de septiembre de 2014
El Libro de Texto digital.
Como cada septiembre los que tenemos hijos en edad escolar vivimos nuestra especial vuelta al cole. Ellos con caritas de sueño pero con ganas de reencontrarse con sus compañeros y compañeras, nosotros con la calculadora en la mano para cuadrar las cuentas de lo que nos ha costado el inicio del curso.
Según los datos en Canarias en la educación infantil y primaria el coste medio al inicio del curso 2013 fue de 329,76 euros, un 29,6 por ciento más que los 236,20 euros de 2012. De este gasto, aproximadamente unos 200 euros corresponden de media a los libros de texto.
Lo curioso e inexplicable de este asunto para muchos padres es que este es un ritual que se repite año a año sin que al parecer, en plena era de las nuevas tecnologías y de las comunicaciones, de las redes sociales, aps, tablets y smartphones, haya una solución tecnológica que alivie este trago amargo que coincide normalmente con la vuelta de las vacaciones.
Parece sencillo. Un libro de texto digital. Bastaría con sustituir los nueve libros que llevan los alumnos al colegio por una tablet. Que pudieran descargarse los contenidos de los libros de texto directamente y de esa manera ahorrar una buena cantidad de dinero a las familias. Teniendo en cuenta que el coste medio ronda los 200 euros en la actualidad, resulta más rentable sustituir la compra de los libros por una dispositivo digital de este tipo que además no habría que guardar en el cajón al terminar el curso escolar, sino que el gasto en el dispositivo lo rentabilizaríamos curso tras curso. Existen tablets en el mercado por un valor muy competitivo entorno a los 90 euros que servirían perfectamente para esta finalidad. Un e-book suele tener un precio que puede rondar los 10 euros, lo que haciendo un simple cálculo bastaría para ver el ahorro enorme que supondría. Todo ello sin contar que los contenidos podrían ser elaborados por las propias administraciones competentes en materia educativa, con lo que nos ahorraríamos incluso el pago de la descarga. Además tendría otros beneficios. Desparecerían las cargadas mochilas con las que condenamos a nuestros hijos a ir al colegio, y los contenidos de los libros estarían siempre actualizados, incluso a lo largo del curso. Si ya dotamos a las aulas con WIFI para que puedan trabajar con ellas en el aula mejor que mejor. Y por supuesto, siempre manteniendo un sistema de becas para las familias que no puedan abonar dichos gastos aunque sean inferiores a los actuales.
Algunas experiencias ya han sido puestas en marcha en algunas comunidades educativas aunque aun su uso no está generalizado. Parecen todo ventajas aunque probablemente a las editoriales de los libros de texto escolar, las grandes beneficiadas del sistema actual esto no les haga demasiada gracia.
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